Ángel Costa Perales

Categoría: Ciencia

Ante la crisis energética actual y con los pronósticos negativos frente a la lucha contra la emergencia climática, la sociedad actual necesita basar su actividad en fuentes de energía más baratas, menos contaminantes y más accesibles. De ahí nace un proyecto puramente teórico y que con el Premio Talento Joven muy bien podría llevarse a la práctica para proporcionar soluciones ecológicas a problemas del presente y del futuro por igual: unos paneles solares fotoquímicos que convierten el agua en hidrógeno, hechos a partir de materiales muy accesibles y no tóxicos.

Desde pequeño he sentido una vocación especial para descubrir algo nuevo y compartirlo con todo el mundo, de aprender cosas nuevas; personalmente y a un nivel más de humanidad, empujando las fronteras de la ciencia más hacia afuera, aunque sólo sea el tamaño de un granito de arena. Recibí una mención especial en la asignatura de química al acabar mi doble bachillerato español y alemán por los resultados excelentes del examen de química en la fase escrita del Examen de Madurez alemán y fui admitido en la Sociedad de Químicos Alemanes (GDCh) en la categoría de Estudiantes Excelentes en Química.

Y en la arena comienza y acaba este proyecto, pues a partir de sílice, anastasa y limonita, tres minerales muy comunes en la arena de las playas, diseñé este proyecto que emula la fotosíntesis vegetal al almacenar en un compuesto químico la energía del sol.

El uso de combustibles fósiles tan generalizado en nuestra sociedad es uno de los mayores motores del cambio climático y de conflictos armados alrededor del mundo y países como Alemania y también la Unión Europea prevén discontinuar la fabricación de vehículos a diésel y gasolina para el año 2035.
Dos alternativas se muestran en el horizonte, la electricidad y el hidrógeno, cada uno con sus pros y sus contras.

Por un lado, la infraestructura para la producción y transporte de electricidad es bien conocida y ya está establecida, no así tanto su almacenamiento, que resulta poco eficiente y para pequeñas escalas se basa en el uso de baterías de litio, un mineral muy raro, caro y con muchos problemas medioambientales y sociales asociados a su extracción y procesamiento en Bolivia, Chile y China, algunos de los mayores productores del mismo.

El hidrógeno, por otro lado se produce a partir de metano o gas natural, liberando dióxido de carbono a la atmósfera o por electrólisis, un proceso que requiere de grandes cantidades de energía eléctrica, no es muy eficiente energéticamente y que está absorbiendo un recurso de por sí valioso (electricidad).

Para este proyecto presento unos paneles fotoquímicos que, usando la energía del sol, un recurso renovable y prácticamente ilimitado, son capaces de generar hidrógeno verde (sin liberar CO2) con un único subproducto, oxígeno, tal y como lo respiramos.

En conclusión, el Premio Talento Joven me puede ayudar a desarrollar un proyecto para convertir nuestra sociedad en una más resiliente a través de respuestas prácticas de química aplicada para luchar contra la pobreza y el cambio climático.

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