Sara Alvarez Presa

¿Qué te impide subirte a un columpio y disfrutar?
Esta pregunta es esencial para comprender la profundidad de la cuestión abordada en este proyecto. Desde una edad temprana, se nos ha enseñado a seguir un lineal en el que parece imperativo olvidar el pasado para avanzar. Cada etapa de la vida parece tener sus propias reglas, lo que nos lleva a mirar con desprecio lo aprendido en etapas anteriores, ya que parece pertenecer a una versión pasada de nosotros mismos.
La pérdida de la inocencia y la desconexión con nuestra esencia infantil son aspectos generalizados que afectan a la mayoría. Durante la infancia, la falta de información y la ausencia de conciencia sobre lo que nos rodea nos otorgan una peculiar libertad, permitiéndonos ver el mundo desde una perspectiva completamente completamente diferente. Nos guiamos por pensamientos intuitivos e inocentes, que nos proporcionan una felicidad intrínseca, a pesar de no ser conscientes de ello.
A medida que avanzamos hacia la edad adulta, la sociedad nos proporciona información y nos dicta normas sobre aquello que está bien o mal, lo que nos lleva, sin darnos cuenta, a la pérdida de esa parte inocente de nuestra perspectiva. En consecuencia, nuestras acciones ya no se guían por la simple intuición, sino por diversas influencias, limitando nuestra libertad.

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