Influencia de la vida cotidiana y el perfil de salud en el deterioro cognitivo sutil de mujeres residentes en comunidades religiosas españolas.
La demencia es un diagnóstico clínico caracterizado por síntomas cognitivos que dificultan significativamente la realización de actividades diarias. Generalmente, se presenta como un leve deterioro cognitivo, detectable en individuos con biomarcadores positivos para la enfermedad de Alzheimer. Aunque no existe un tratamiento definitivo para la demencia, la administración temprana de medicamentos neuroprotectores puede mitigar el daño progresivo, lo que hace crucial la detección temprana del declive cognitivo para identificar candidatos a ensayos clínicos. Los factores de riesgo principales para la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío incluyen la edad, los antecedentes familiares y la susceptibilidad genética, como el alelo ε4 de la apolipoproteína E, aunque no son modificables. Sin embargo, existen factores modificables, como la reserva cognitiva (estudios, lectura, ocupaciones cognitivas), los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, dislipemia) o la nutrición, que influyen en el deterioro cognitivo. Estudios previos han demostrado que los factores psicosociales, los hábitos nutricionales y el uso de medicamentos con efectos anticolinérgicos también son relevantes en el riesgo cognitivo. Sin embargo, un desafío en la investigación del deterioro cognitivo es la influencia de factores externos, como el estilo de vida, por lo que en algunos estudios controlan el entorno de los participantes. Un ejemplo son los estudios en órdenes religiosas, donde los individuos mantienen estilos de vida homogéneos y una dieta similar, minimizando factores externos. Investigaciones como el “Nun Study”, el “Honolulu Aging Study” en EEUU, y el “Hisayama Study” en Asia, han sido útiles para estudiar el envejecimiento y la demencia. Sin embargo, estos estudios se basan en la detección de factores y no tanto en la prevención de la enfermedad. Además, no se han publicado estudios similares en Europa, y hay una falta de investigaciones comparables con la población española, lo que limita la aplicabilidad de estos hallazgos a otras regiones.
Los resultados obtenidos en nuestro estudio previo revelaron una incidencia significativamente mayor de las pruebas de cribado de deterioro cognitivo en las mujeres de población general comparado con las que viven en conventos (36,63% de las mujeres de población general frente al 20,67% del grupo de religiosas). Esta disparidad siguió siendo significativa cuando se analizaron pruebas cognitivas individualmente y cuando se combinaron como deterioro cognitivo positivo o negativo (valor p <0,05). Por otro lado, se identificaron diferencias significativas en el diagnóstico de hipertensión (valor p: 0,0291), así como unos niveles inferiores de depresión y un menor consumo de fármacos con efectos anticolinérgicos (p-valor <0,001) en el grupo de religiosas. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en cuanto al índice de masa corporal, hiperlipidemia o el estado nutricional de las mujeres de población general y las que residían en órdenes religiosas (DOI: 10.3389/fpubh.2024.1395877). Para continuar con la investigación en conventos, se ha diseñado un estudio de intervención nutricional, prospectivo, multicéntrico y controlado en mujeres mayores de 50 años pertenecientes a congregaciones religiosas para evaluar la mejora cognitiva en la población. Tras la entrevista inicial, se recogió una muestra de microbiota intestinal y se procedió con la intervención nutricional. Pasados 6 meses se volvió a recoger otra muestra de microbiota. Todas las participantes recibieron copia del consentimiento informado y de la hoja de información al paciente tal y como establece el Reglamento General de Protección de Datos y la Ley Orgánica 3/2018. La investigación se realizó conforme a las directrices de la Declaración de Helsinki 2013.
Con todo ello, los objetivos planteados fueron, por un lado, evaluar el impacto de una intervención nutricional antiinflamatoria en una población de mujeres que residen en congregaciones religiosas mediante sesiones de educación nutricional individuales, la evaluación de la posible mejoría de los síntomas de los pacientes y la disminución del riesgo de demencia y, por último, la caracterización de los cambios en la microbiota tras la intervención nutricional.
Teresa López de Coca Pérez

El proyecto de Teresa López de Coca Pérez
