Eva Jiménez

Categoría: Cultura

‘Apreciar lo invisible’
Recuerdo mi niñez acompañada siempre de un lápiz donde pasaba horas dibujando y con ello se esfumaba el tiempo. También recuerdo con gran entusiasmo la visión que me inculcó mi padre, pues siempre me ha llevado a visitar numerosas exposiciones de València y sus alrededores, creando e incrementando el hábito así como la curiosidad por dichos espacios. Una actitud costumbrista donde descubría un microcosmo diferente a lo que estaba habituada en la rutina escolar. Lugares, espacios nuevos e incluso cambiantes dependiendo de la semana que íbamos. Conforme avanzaba en los estudios encontré una gran disparidad entre la enseñanza reglada e intereses individuales, pues tenía mayor predisposición en conocer qué actividades culturales había en la ciudad que en los contenidos canónicos teóricos del aula.
Es cierto que hay una tendencia latente a la disgregación de las titulaciones de artes y humanidades, lo que no sólo redunda en una falta de apoyo académico e institucional, sino también en la menor valoración social que se proyecta hacia ese tipo de formación con expresiones tan populares como aquellas que enfatizan la dificultad de ‘vivir del arte’ que contribuyen a desprestigiar su elección y consideración como una actividad profesional digna, demandada y retribuida en el mismo plano de reconocimiento que puedan tener otros perfiles profesionales.
Pese a ello, realicé el grado en Bellas Artes pues me permitía incitar la práctica cultural a la par de fomentar la creatividad y no dejar de dibujar. Durante la carrera participé en numerosas exposiciones colectivas concluyendo con el TFG ‘Diseño y montaje expositivo de ‘Progreso’: obra gráfica’ donde realicé la exposición al artista de la vanguardia valenciana de los años sesenta y ochenta, Progreso, una experiencia tan enriquecedora que decidí encaminar mi futuro profesional hacia la Gestión Cultural. La Gestión Cultural es una praxis con una gran amplitud y las estrategias de la gestión desde el grado en Bellas Artes son muy amplias, desde las exposiciones, la didáctica del arte, la proyección de artistas emergentes así como trabajar el territorio y en red para crear un tejido sociocultural permeable. Es con este último hito donde enfoqué el TFM (enlace adjuntado en el material adicional).
En definitiva, trabajando desde la cultura se puede crear, transformar y colaborar en experiencias inmersivas multidisciplinares, puesto que el foco es la creación activa de los bienes culturales tangibles e intangibles en el usuario mediante la valoración técnica y profesionales adecuados en un sector, en ocasiones, omitido.

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