Laura Gisbert Enrique
Categoría: Deporte
Supongo que todo empezó el día que le dije a mi profesor de Filosofía de secundaria, poco tiempo después de empezar el grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que quería hacer algo por los seres vivos y la naturaleza, desde mi ámbito de actuación, pero que no sabía cómo. Sin embargo, no fue hasta casi terminado el grado que, gracias al que considero que es mi mejor amigo, di con el libro Bajo los cielos de Asia de Iñaki Ochoa de Olza, que me dejó extasiada con su forma delicada y profundamente sensible de expresar lo que sentía por las montañas y los valores que se podían llegar a transmitir de compañerismo, altruismo y humanidad en este tipo de actividades. Puede que no todos estemos hechos para el alpinismo, pero es indiscutible que algo tienen las montañas, que son capaces de sacar lo mejor del ser humano y no sólo en condiciones extremas. Lo cierto es que, en ese momento no lo sabía, pero tras la realización del trabajo de fin de grado, relacionado con el impacto de la actividad física sobre el estado emocional, y el trabajo de fin de máster, enmarcado en un proyecto educativo de actividad física en el medio natural, descubrí que la comunidad científica señala las actividades en el medio natural como las que mejor repercusión psicológica presentan, y que, además está ampliamente demostrado que, debidamente llevadas a cabo, son fuente de adquisición de una serie de valores de empatía, autoestima y respeto por el entorno natural inestimable.
En este sentido, la pandemia del Covid-19, no se ha dejado ningún ámbito de la salud sobre el que no haya tenido impacto, y es innegable que, a nivel psicológico y social, una gran cantidad de población, se está refugiando en la naturaleza. Siendo conscientes de ello, el equipo de investigación de Deportes de Montaña: Salud, Inclusión y Sociedad de la Universidad Católica de Valencia, del que soy miembro actual, me brindó la oportunidad de estudiar y conocer qué estaba ocurriendo respecto al aumento de practicantes de senderismo, características de los practicantes, motivos y, de manera general, enmarcar cuál es la situación actual y el perfil del senderista, a través de la realización de diversas entrevistas y un estudio observacional de la cuestión en dos parques naturales de la Comunidad Valenciana. Tras efectuar dicho estudio, se obtuvieron unas primeras conclusiones, que expuse como ponente en el 5th International Conference “Physical activity in the mountain areas of Poland and world” de Polonia. A destacar entre los resultados, que la población se preocupa por el impacto medioambiental, las grandes aglomeraciones de personas y los problemas derivados del tráfico. Asimismo, se siente privilegiada por poder acceder al entorno natural y cree necesario que se desarrolle el respeto por el entorno para garantizar su preservación.
De esta manera, si tengo que justificar el porqué de este proyecto, me encantaría poder seguir investigando como estudiante de doctorado, qué está ocurriendo respecto a la afluencia de personas en la naturaleza tras el Covid-19, en otros lugares. Además, me siento motivada a contribuir a suscribir y visibilizar que la actividad física en el medio natural es necesaria para el ser humano, dadas las circunstancias actuales en el planeta. Finalmente, si debo decir qué me ha movido a nivel personal a investigar sobre este tema, sin duda es el amor, la fuerza más poderosa del universo según Albert Einstein, el que siento por la naturaleza, por el conocimiento y en especial, por el senderismo. Al fin y al cabo, ¿qué no somos capaces de hacer por amor?
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