Miriam Gómez Blanes

Categoría: Acción Social

Empecé a utilizar la escritura creativa como herramienta para ayudar a otras personas a expresar sus emociones en el centro de detención de personas migrantes de Busmantsi, en Bulgaria, durante el tiempo que fui voluntaria en él (entre 2016 y 2017). Como resultado de aquella experiencia nació el libro ilustrado «Dreams without borders», que recoge una parte de los relatos de quienes estaban encerrados allí. Antes, ya había estado implicada en otros proyectos sociales en países como Nepal o Marruecos.

Tras ese periodo, y ya en España, he seguido utilizando la palabra escrita para dar a conocer la realidad a la que se enfrentan las personas migrantes, como periodista, a la par que investigando para promover el uso de la escritura terapéutica como una herramienta de inclusión y transformación social. Lo he hecho tanto desde el mundo académico como emprendiendo por mi cuenta.

Fruto de esa inquietud creé, hace un año, Escritura nómada, una plataforma desde la que comparto ideas y recursos para impulsar a otras personas a escribir sus emociones. Fue desde ahí desde donde, durante el confinamiento por la COVID-19, lancé un reto de escritura interior y un libro electrónico gratuito con distintas actividades, bajo el lema «Yo me quedo en casa escribiendo».

Considero que debería llevarme este premio porque con él podría seguir trabajando en el camino que comencé hace ahora cuatro años y darle difusión a un proyecto del que creo que mucha gente podría beneficiarse, sobre todo en una situación como la actual, en la que resulta imprescindible canalizar lo que sentimos.

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