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Virginia Llopis Hernández

Categoría: Ciencia

Soy Virginia Llopis Hernández y actualmente me encuentro trabajando en el Kings College de London, una de las Universidades mas importantes del mundo. Nací en Cullera, un pueblo de Valencia, en una familia en la que nadie había tenido la oportunidad de estudiar una carrera universitaria. Desde pequeña recuerdo que la naturaleza y la ciencia me fascinaba, y los profesores de biología que tuve me marcaron y me hicieron enamorarme aun más. Fue cuando en mi juventud empecé a leer novelas en los que salían científicos que me empecé a ver reflejada en cómo quería ser de mayor. Es por eso que cuando en mi último año de bachiller se instauró por primera vez la carrera de Biotecnología en la Comunidad Valenciana (Universidad Politécnica de Valencia, UPV), no tuve ninguna duda de que esa iba a ser mi única opción a elegir en selectividad. Fui la segunda promoción y me fascinó el método científico y la ciencia en todos sus ámbitos. Me especialicé realizando el master de Biotecnología Biomédica e inicié mi carrera científica realizando el doctorado con una beca FPI del ministerio en el Centro de Biomateriales e Ingeniería Tisular con el Catedrático Manuel Salmerón Sanchez.

Las proteínas morfogenéticas óseas (bone morphogenetic proteins (BMPs) del inglés) son proteínas que intervienen en multitud de funciones celulares. En la actualidad, son numerosos los campos donde se estudian los efectos de un tipo específico de BMP, BMP-2 o que incluso, se usa como complemento a otras técnicas quirúrgicas existentes en el ámbito hospitalario. Es una proteína capaz de estimular la producción de hueso, ayudando a la curación de defectos en la unión de huesos largos o la fusión espinal, así como al tratamiento de fracturas abiertas o aplicaciones odontológicas, entre otras. Aunque en rasgos generales la mayoría de trabajos muestran que la BMP-2 proporciona resultados positivos e incluso puede reducir los costes de intervención en comparación con otras técnicas, muchos estudios indican los posibles efectos adversos que su uso puede producir entre los cuales pueden citarse el aumento del número de células inflamatorias en el lugar de aplicación, el edema generalizado, el crecimiento óseo y la aparición de osificaciones heterotópicas. Estos efectos se deben a las altas concentraciones usadas de factor de crecimiento. Es por ello que se han buscado muchas maneras de reducir esta cantidad. Precisamente ese fue el objetivo de mi tesis doctoral, donde desarrollé un biomaterial para regeneración ósea usando bajas dosis de BMP-2. El trabajo ha sido publicado en una revista de alto impacto en el ámbito de la ciencia y medicina (Science Advances) y además ha dado lugar a patentes, otros proyectos incluyendo clinical trials en animales y humanos. La tecnología se llevó a probar en un animal llamado Eva y fue el primero en probar con éxito esta nueva forma de regeneración de huesos que, en un futuro, se espera poder utilizar en personas heridas por minas antipersonas o explosivos de guerra. El veterinario de Eva, William Marshall, se enteró del proyecto y nos convenció para que se probara en la perra. No estaba pensado comenzar con los ensayos hasta dentro de unos años pero la situación de Eva era tan desesperada que se probó. El año pasado un coche atropelló a la perra y su pierna delantera, pese a recibir un tratamiento de vanguardia en el Hospital de Pequeños Animales de la Universidad de Glasgow, no se recuperaba del todo. Además, una infección persistente obligó a los veterinarios a eliminar tejido óseo, dejando a Eva con un espacio de 2 centímetros en la parte superior de la pata. La amputación parecía inevitable, según su veterinario. Pero con la tecnología desarrollada en mi tesis doctoral, se consiguió salvar su pata. La noticia tuvo varias repercusiones en diferentes medios de comunicación de diferentes países (BBC (https://www.bbc.co.uk/news/uk-scotland-glasgow-west-40366645), La Sexta (https://www.lasexta.com/noticias/ciencia-tecnologia/logran-regenerar-pata-perra-gracias-proyecto-victimas-minas-antipersona_20170623594ca6760cf293cba82a38a3.html) etc). En este link se puede ver un video explicativo https://www.youtube.com/watch?v=luUSM0JMieg.

Esto dio lugar a que la Fundación Sir Bobby Charlton (o Find a Better Way) decidiera trabajar en colaboración con la Universidad de Glasgow para desarrollar nuevos métodos y procesos para el crecimiento óseo después de una lesión por explosión de minas, un accidente automovilístico o cualquier otra forma de accidente que resulte en la necesidad de tejido óseo nuevo. Después de una lesión por onda expansiva, la regeneración ósea es particularmente difícil debido a la cantidad de hueso que normalmente se pierde y al desafío de proporcionar injertos óseos en las formas requeridas. La idea detrás del proyecto es aplicar la tecnología para que los cirujanos traumatólogos reparen las extremidades de las víctimas de las explosiones de las minas terrestres y otras personas que tienen huesos destrozados en países en guerra.

Durante mi doctorado, después de un proceso de selección, me concedieron varias estancias con las cuales puede visitar varios laboratorios del mundo en universidades muy prestigiosas como University of Florida en un grupo especializado en reacciones inmunológicas a vacunas y donde yo pude estudiar la reacción inmunológica al biomaterial desarrollado en mi tesis doctoral. Por otro lado, la mitad de mi doctorado lo pude realizar en la Universidad de Glasgow, donde después de finalizar mi tesis doctoral realicé mi primer postdoc con el Catedrático Matthew Dalby, un referente en el uso de células mesenquimales en biomateriales. La formación que adquirí y la participación en múltiples proyectos de Reino Unido, me dieron la oportunidad de entender otros aspectos de la ciencia, así como la importancia de la colaboración y gestión de proyectos. Durante los tres años allí publiqué varios artículos científicos y conseguí mi primera financiación para independizarme. En este proyecto desarrollé un biomaterial para regeneración de piel usando bajas dosis de un factor de crecimiento tisular.

Para especializarme más en el campo de la regeneración de piel, me mudé a Londres donde actualmente me encuentro en el King’s College University colaborando con la profesora Joanna Jackow en en Instituto de Dermatología St John’s Institute. El Instituto se encuentra en el Guy’s Hospital y se fundó en 1868, desempeñando un papel de liderazgo en la formación de dermatólogos tanto en el Reino Unido como en todo el mundo, con renombre mundial y contando con un programa educativo activo que brinda capacitación en dermatología especializada.

Nuestra investigación se centra en la comprensión de las enfermedades hereditarias de la piel humana y en el desarrollo de estrategias terapéuticas eficaces utilizando tecnologías innovadoras de edición de genes y fármacos moleculares. En particular trabajamos con epidermólisis bullosa (EB, más conocida como piel de mariposa), el nombre de un grupo de enfermedades cutáneas genéticas dolorosas que hacen que la piel se vuelva muy frágil y se desgarre o se ampolle al menor contacto. El nombre proviene de ‘epiderma’, la capa externa de la piel, ‘lisis’, la descomposición de las células y ‘bullosa’, ampollas. Hay muchos tipos diferentes de EB, todos clasificados en cuatro tipos principales que van desde los más leves, en los que solo se ven afectados las manos y los pies, hasta los más graves, que pueden tener un efecto devastador en cualquier parte del cuerpo causando discapacidad de por vida y dolor. En casos severos, la EB lamentablemente puede ser fatal. En este último año hemos sido capaces de corregir genéticamente con la tecnología genética más puntera (editores de bases, base editors, una version mejorada de CRISPR) un tipo de mutación especifica, revirtiendo la funcionalidad de las células al fenotipo normal sin enfermedad.

En el momento me encuentro desarrollando un modelo para estudiar un tipo de cancer metastático asociado a la version mas grave de piel de mariposa, así como el uso de un fármaco aprobado por la FDA para parar la metastasis en estos pacientes (siendo la principal causa de muerte en jóvenes de una media de 25 años).

En la actualidad me estoy independizando científicamente usando toda mi formación interdisciplinaria en los diferentes campos científicos (biomaterials, células madres, dermatología) para poder ayudar a los pacientes con enfermedades genéticas que tienen cánceres asociados más agresivos que en pacientes sin este tipo de enfermedades y encontrar de esta manera la base del por que, pudiendo así desarrollar tratamientos como en los ejemplos explicados anteriormente.

La oportunidad de ganar este premio ayudaría a mi independencia en la investigación así como a nivel personal significaría un gran reconocimiento teniendo en cuenta mis inicios y lo que la Comunidad Valenciana significa para mí.


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